Actualmente son dos especies de elefantes que representan a la familia Elephantidae. Esto no siempre fue así; se han hallado múltiples especies y subespecies de dicha familia que formaron parte de la fauna terrestre, pero que por diversos motivos como depredación o falta de adaptación a los cambios climáticos, dejaron de existir. Afortunadamente hoy podemos saber de ellos gracias a los fósiles que se lograron conservar.
Según las investigaciones científicas, ambos tipos de elefante están estrechamente relacionados con los extintos mamuts, pues Loxodonta, Elephas y Mammuthus tienen sus orígenes en África desde el Plioceno, es decir, hace 3 o 4 millones de años. Posteriormente, se trasladaron a otros continentes y algunos géneros desaparecieron con el paso de los años, hasta que finalmente, las especies que conocemos se establecieron en entornos muy opuestos: África con temperaturas calurosas, duras temporadas de sequías y múltiples depredadores carnívoros, mientras que en Asia se desarrollan mayormente en un ambiente de exuberante vegetación, enormes cuerpos de agua y mucha presencia humana.
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Elefante Africano
Elefante Asiático
Elefante Africano
Estos representan a los mamíferos terrestres más grandes de la Tierra, con un peso que oscila entre 4,700 y 6,300 kg (10,361 y 13,889 lb), largos colmillos de más de dos metros de longitud y gruesas extremidades que utilizan muchas veces para defenderse de sus atacantes.
Su distribución es amplia pero no muy abundante, pues abarca 37 países africanos donde en algunos de ellos sus números van en declive debido a la caza furtiva para la obtención del marfil. Kenya, Tanzania y Etiopía son algunos países con presencia de elefantes.
Por parte del elefante africano se desprenden dos especies: el elefante africano de bosque (Loxodonta cyclotis) y el elefante africano de sabana (Loxodonta africana).
Elefante Asiático
Es visiblemente más pequeño que las especies africanas con un peso máximo de 5,000 kg, cortas orejas y marcadas protuberancias hemisféricas sobre la cabeza, así que no resulta complicada su identificación.
Como su nombre lo indica, se distribuyen por numerosos países asiáticos, entre los que destacan Sri Lanka, India y Tailandia, lugares donde son partícipes de festivales religiosos y espectáculos tradicionales, y representan atractivos sistemas de transporte para el turismo.
Por el lado del elefante asiático, se tienen documentadas tres subespecies: el elefante de Sri Lanka (Elephas maximus maximus), elefante indio (Elephas maximus indicus) y el elefante de Sumatra (Elephas maximus sumatranus).
Un tipo de elefante que se encuentra en debate es el de Borneo (Elephas maximus borneensis) de quien se desconoce su verdadero origen. Por un lado se afirma que se trata de una subespecie de elefante asiático, y por el otro se asegura que son elefantes indios.
Especies extintas
Del elefante africano de sabana existieron otras tres especies hoy extintas. Estas eran: Loxodonta adaurora, de la que se desprendían dos subespecies: Loxodonta adaurora adaurora y Loxodonta adaurora kararae. Loxodonta atlantica era más grande en tamaño que el elefante africano moderno y tenía dos subespecies: Loxodonta atlantica atlantica y Loxodonta atlantica angammensis. Por último, existió también Loxodonta exoptata que no presentaba subespecies.
Del lado del elefante asiático se identifica el elefante chino o de colmillos rosados (Elephas maximus rubridens) que vivió en parte de China antes del siglo 14 a. C. El elefante sirio (Elephas maximus asurus) fue una subespecie que habitó el Siria, Irak y Turquía desde hace 3,000 años a. C. hasta hace 100 años a. C.
Los actuales elefantes africanos y asiáticos pertenecen al orden Proboscidea, al igual que el prehistórico elefante enano de Sicilia o también llamado mamut enano (Elephas falconeri) que vivió en la época del Pleistoceno. Sus restos fueron hallados en Malta, Creta y Chipre.
El género Elephas guarda varios misterios en los fósiles hallados de sus diversas especies como Elephas ekorensis, Elephas beyeri, Elephas iolensis, Elephas planifrons, entre otros, de los que se tiene muy poca información.
Elephas mnaidriensis fue una especie del Mediterráneo relacionada actualmente con elefante asiático de la cual se conservan solo algunas partes de su cuerpo, como la mandíbula y huesos de las piernas.
Esto es tan solo un ejemplo de tantas especies y subespecies que antecedieron a los elefantes actuales. Durante el Plioceno y el Pleistoceno existían abundantes variedades de representantes de la familia Elephantidae que hoy solo están plasmadas en enciclopedias y libros de consulta.
Muchos de los elefantes que convivieron con el hombre tiempo atrás, fueron extintos por la misma razón que hoy corren peligro: el marfil. Desde épocas muy antiguas, los colmillos de los elefantes han sido muy valiosos para los seres humanos. Antiguos artesanos sirios los utilizaban para fabricar objetos de marfil y realizar incrustaciones en muebles y otros objetos de uso aristocrático; hoy también son elementos valiosos y exclusivos para compradores de alto poder adquisitivo que disfrutan poseer pertenencias exóticas que según ellos, no cualquier clase social es digna de tener.
Por su parte, aunque los mamuts no eran precisamente considerados elefantes, sí tienen una relación biológica con las especies que actualmente conocemos y se mantienen algunas características físicas como la forma del cuerpo y el desarrollo de colmillos sin cobertura de esmalte. Ellos vagaban por la Tierra durante el Plioceno y el Pleistoceno pero fueron descritos por primera vez en 1799 por el científico alemán Johann Friedrich Blumenback.