Los cazadores furtivos amenazan con acabar con la existencia de los elefantes. Desde inicios de la década de los 70’s, la moda del marfil se ha mantenido en auge y la demanda incrementó a un ritmo acelerado, donde más del 80% de dicho material es obtenido de los elefantes.
En cada año que formó parte de la década de los 80’s, se asesinaron 100,000 elefantes, lo que provocó que su población disminuyera en millares, e incluso desapareciera de algunas zonas.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) prohibió el comercio internacional de marfil en 1989, pero en 1990 entró en vigor, lo que ayudó a que ciertas poblaciones se recuperaran. No en todos lados esto ha funcionado al 100%, ya que a pesar de los esfuerzos, la ley es burlada o sobornada, razón que hace más difícil cualquier intento de ayuda.
China es uno de los principales países compradores de grandes cantidades de marfil.
Hoy esto continúa y empeora. En 2011 uno de cada doce elefantes africanos fueron asesinados y tan solo en el año 2012, más de 300 fueron masacrados dentro del Parque Nacional Boubandjida en Camerún con granadas y armas AK-47. En tal país se estima la existencia de menos de 5,000 individuos. Supuestamente es un área protegida, pero se señala que los guardaparques están mal entrenados y mal armados, lo que no impide que los grupos profesionales de cazadores cumplan su objetivo.
Colmillos de elefante, partes corporales deseadas por cazadores furtivos.
África central es la parte donde más se comete la caza ilegal. Ahí la población ha decaído en un 64% y los esfuerzos por regularla es cada vez más difícil. China y otras naciones de Asia son los principales compradores de grandes cantidades de marfil, lo que hace que el comercio ilegal no termine.
¡Para aplaudirse! Kenia y Zambia han prohibido completamente la caza de elefantes.
Fish and Wildlife Service de los Estados Unidos se ha esforzado por detener temporalmente la expedición de permisos realizados a cazadores furtivos de elefantes africanos de Zimbabue, Sudáfrica, Namibia y Tanzania, naciones donde la corrupción está a la luz del día y los intereses económicos sobresalen más que la protección que estos grandes mamíferos reciben.
A diferencia de las naciones donde este crimen se realiza sin mucho problema, Kenia y Zambia han prohibido completamente la caza de elefantes, sin ningún tipo de licencia o permiso especial. Esto se decretó después de que numerosos elefantes fueran ejecutados de manera despiadada y las poblaciones en descenso preocuparon a las autoridades gubernamentales.
Artículos de marfil
Con el marfil se fabrican innumerables piezas de uso humano, siendo todas ellas parte de un lujo y no de una necesidad. Como ejemplo de esto podemos mencionar teclas de piano, instrumentos musicales, instrumentos de cocina, bolas de billar, empuñaduras de armas, entre muchos otros objetos.
Tan solo en Nairobi, Kenia, 92 kilos de marfil fueron decomisados en 2010 y 96 kilos en 2011.
Tales negocios afirman su legalidad bajo la explicación de que tienen licencias expedidas por el gobierno que cumple con los reglamentos de la región donde el animal fue capturado.
La caza furtiva se ha disparado hasta siete veces más entre 2007 y 2010, por lo que las regulaciones en los aeropuertos son más estrictas y las revisiones más minuciosas. Tan solo en Nairobi, Kenia, 92 kilos de marfil fueron decomisados en 2010 y 96 kilos en 2011.
El turismo debe ser respetuoso con la vida salvaje del lugar donde visita. ¿Realmente vale la pena poseer un artículo de alto costo proveniente de la muerte de un hermoso e inocente ser vivo? Es más valiosa una fotografía familiar con un paisaje donde pueda admirarse la fauna natural, a llevarse a casa un adorno de marfil que posiblemente provino de una madre embarazada, un macho en plenitud o cualquier otro miembro de la manada que simplemente fue privado de su derecho a vivir. ¿Has tenido la oportunidad de observar cómo quedan los elefantes después de ser despojados de sus colmillos? con una imagen bastará para comprender mejor las cosas.
Hombres africanos con colmillos de elefantes. / Autores Frank G. y Frances Carpenter. Dominio público.
Satao II
En marzo del año 2017, fue encontrado al sur de Kenia, el cuerpo de Satao II, un elefante tipo tusker que se caracterizaba por poseer enormes colmillos que tocaban el suelo. Murió envenenado por una flecha en un intento por ser capturado para despojarle el abundante marfil tan valorado en el comercio ilegal. Los guardaparques lamentaron la muerte pero al mismo tiempo sintieron gran satisfacción al observar que los cazadores no pudieron obtener las ganancias económicas que deseaban.
Este elefante tenía alrededor de 50 años, y cada uno de sus colmillos pesaba cerca de 45 kilos, por lo que el valor de estos hubiese sido muy elevado; estamos hablando de miles de dólares. Satao I fue un elefante que murió en el año 2014 por las mismas circunstancias, pero su final fue muy cruel y lamentable, pues lograron robar sus colmillos dejando su cara casi despedazada.
Según información de la organización Save the elephants, solo quedan 30 elefantes tusker en todo África, aunque otros centros de investigación estiman que son menos de 10. En general, se asesinan entre 20,000 y 30,000 elefantes cada año, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).